Para algunos significó una gran desilusión y para otros, el fin de una pesada incertidumbre. Ahora ya lo sabemos: el papa Francisco no vendrá a Tucumán en junio de 2016 para clausurar el Congreso Eucarístico Nacional. “Un problema de agenda” le impide llegar a la Argentina en los tiempos esperados. “Eso no quita que pueda venir en otro momento, pero no tiene fecha”, aclaró el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo. Mientras tanto, Tucumán seguirá con la organización del Congreso Eucarístico, tal como lo tenía previsto, ratifico el padre Marcelo Barrionuevo, secretario general de la organización. 

“El viaje no puede ser por un problema de agenda. Él agradeció mucho la invitación pero, a pesar de que deseaba venir para estar con nosotros, los compromisos, la agenda y los viajes programados no le permiten su presencia física”, explicó monseñor Arancedo en una rueda de prensa que dio en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera de Pilar, donde se desarrolla la 108° asamblea plenaria del Episcopado Argentino.

El Papa no sólo no vendrá a la Argentina, sino que también descartó su llegada a otros países de la región, como Chile, Uruguay y Paraguay. Arancedo informó, además, que los obispos le enviaron una carta para recordarle los 30 años del acuerdo entre la Argentina y Chile por el diferendo limítrofe por el Canal Beagle, según informa la agencia DYN.

 La diferencia entre que venga o no el Papa a Tucumán no guarda relación en términos de organización. “Si pensamos en el Congreso Eucarístico Nacional hablamos de 30.000 personas pero si tenemos que recibir al Papa debíamos pensar en miles y miles de fieles”, destacó el padre Barrionuevo. 

El sacerdote, junto con el padre Guillermo Cassone, acompañaron al arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, a la Asamblea Episcopal, donde expusieron la organización del Congreso Eucarístico Nacional (CEN 2016). Los obispos aprobaron con aplausos el diseño de la organización. 

Un trabajo fuerte
Tucumán ya estaba realizando desde hace varios meses un fuerte trabajo pensando en la venida del Papa. El propio titular del Ente de Turismo, Bernardo Racedo Aragón, reconoció que durante esta semana se comunicó muchas veces con el cónsul de Brasil para captar la experiencia de Río de Janeiro en la Jornada Mundial de la Juventud, en materia logística, de seguridad, alojamiento, servicio gastronómico y movilidad. “Incluso estaba cerrando un posible viaje a Brasil para conocer en detalle la experiencia”, dijo. 

“Traer al Papa es una gran responsabilidad. Por eso, todas las instituciones de Tucumán estábamos trabajando en eso. Si bien son dos eventos diferentes, la visita del Papa sobrepasa todo.  La hotelería no da abasto y requiere el llamado a casas de familia, campings, y la adaptación de los clubes para que se conformen lugares de campamento”, indicó.

El padre Edmundo Ortiz, a cargo del área de alojamiento dentro de la organización del CEN 2016, admite que la respuesta del Papa “nos permite trabajar con mayor previsibilidad”. “No es lo mismo organizar un evento para 20.000 o 30.000 personas que para miles de miles, si es que viene el Papa”, señaló. Los congresistas podrán ser ubicados en las casas de los vecinos de las 30 parroquias que la capital, y a lo sumo, extenderse por Banda del Río Salí y Lules, dijo el padre Ortiz. Barrionuevo insistió que el Papa no vendrá a cerrar el congreso, pero que queda abierta aún la posibilidad de que nos visite en el año del bicentenario de la Independencia.


Los obispos aportaron ideas para el Congreso 

Los obispos reunidos en la 108° Asamblea de la Conferencia Episcopal Argentina quedaron plenamente conformes después de escuchar los avances en la organización del Congreso Eucarístico de Tucumán. Así lo hizo saber el secretario general de la comisión organizadora, padre Marcelo Barrionuevo, a su regreso de Buenos Aires, junto al padre Guillermo Cassone.

En la casa de retiro de Pilar, los obispos no sólo escucharon atentamente la exposición del arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, y los dos sacerdotes sino que además cantaron el himno del Congreso Eucarístico Nacional. 

“Los obispos se entusiasmaron mucho con el congreso, e incluso hicieron sus aportes. Propusieron que se realicen novenas populares que lleguen a todas las capillas del país, que se creen centros de información en distintas zonas pastorales,  hicieron recomendaciones para un documento teológico que pidieron que sea bien catequético y comprensible para todos, y dieron algunas ideas sobre detalles litúrgicos. Lo importante es que todas las comisiones episcopales participarán en  la organización del congreso”, señaló el padre Barrionuevo. 

Monseñor Zecca expuso la definición de lema del encuentro y la importancia de la dimensión histórica presente en este congreso. En 2016 no sólo se conmemora el bicentenario de la Patria sino también el centenario del primer Congreso Eucarístico Nacional. “Se quiso hacer notar la compañía de la Iglesia en toda la historia argentina”, remarcó el padre Barrionuevo.

La exposición de los sacerdotes tucumanos terminó con la exposición de un gesto social de la Iglesia tucumana, la creación de la Fazenda de la Esperanza en la zona de El Cadillal, para jóvenes que padecen el flagelo de la drogadicción. Este sería un gesto concreto de la iglesia tucumana para ofrecer en el bicentenario, señaló el sacerdote. También se informó sobre un proyecto del Museo de Arte Sacro de confeccionar una Custodia del Bicentenario con la participación de la comunidad.